Repensar los parques nacionales (y las áreas protegidas)

Harvour seals¿Sabías que los humanos afectamos (por no decir dañamos) de manera directa a un 83% de la superficie terrestre? En el océano es aún peor y llegamos al 100%. A pesar que la biodiversidad contribuye en el bienestar humano de múltiples maneras, cuantificadas en billones de dólares (millones de millones), nuestra apropiación de la mayor parte planeta tiene un impacto perverso. El número de especies en peligro de extinción es colosal y, lo peor, creciente.

La estrategia global que se ha seguido, y se sigue, para corregir la tendencia es crear áreas protegidas (parques nacionales y demás). Se parte de la premisa que a mayor número de zonas protegidas, la mortalidad es menor y por tanto la recuperación de especies es cuestión de tiempo. Actualmente entre el 10 % y el 15% de la superficie del planeta está protegida bajo algún tipo de programa de conservación. A pesar de todos los esfuerzos actuales, el número de especies amenazadas es creciente. Es evidente que algo no se está haciendo bien. ¿Es posible que el 15% de superficie protegida no sea suficiente?

Ibis coming back at night

En el 2004 el World Parks Congress (Congreso Mundial de Parques) recomendaba una superficie protegida en el 30% de la superficie del planeta y otros recomiendan hasta un 50%. Sin embargo, se hace difícil pensar que se llegaran a cumplir porcentajes de superficie protegida mucho más altos de los actuales. A pesar de que la población mundial se estabilizará de manera natural (algunos dicen en los 12 mil millones de personas), aún falta mucho para eso. Mucho antes, el más que previsible aumento de población (y sus necesidades) entrará en conflicto con la necesidad de proteger el territorio. Para ilustrar eso, sólo hace falta que mires el mapa de áreas protegidas y veras que se acumulan en zonas sin población. Población humana y conservación ambiental están inversamente relacionadas.

Coma de vaca

Es evidente que incrementar las zonas protegidas no será una tarea fácil. Por tanto se debe repensar el modelo de conservación. Es necesario ir más allá y pensar la protección de manera integrada y coordinada sabiendo que los hábitats están conectados y nuestra actividad humana debería permitir dicha conectividad. En esa línea, ya se han empezado propuestas mucho más amplias. A modo de ejemplo, en un total de 83 islas (de momento todas islas pequeñas) se han erradicado los gatos (y bien está decirlo, no siempre de la mejor manera). Las islas, a pesar de suponer espacios pequeños, tienen proporcionalmente mucha biodiversidad. Los gatos por su parte, son animales exóticos (no propios de las islas) y responsables de la extinción del 14% de los vertebrados (leer artículo sobre colibrís). Esa es una propuesta, pero necesitamos muchas más.

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Lecturas recomendadas:

Mora and Sale, Mar Ecol Prog Ser, 2011. doi: 10.3354/meps09214 – Open Access